(vals peruano)
Cayó la tarde sobre los sauces desmelenados,
Cayó la tarde sobre tu pelo alborotado,
La misma tarde con dedos rojos rompió las trabas
Y entré en tu cuerpo,
Y entré en tu cuerpo que lentamente me devoraba.
Cayó la noche,
Cayó la noche sobre juncales ya conjurados
Y un rayo tibio,
Un rayo tibio quemó mis labios enamorados,
Pero de vuelta,
Pero de vuelta tras la ventana donde morabas
Vimos la sombra,
Vimos la sombra de un hombre triste que te esperaba.
Cuántos dolores dan los amores que están despiertos
Y de repente el fuego de frÃo ha muerto.
Tristes amarras que se cortaron de amanecida
Con los puñales que inexorable forja la vida.