He decidido escribirte
después de tanto llorar.
Mis lágrimas hoy son estos versos que
tu ausencia nunca podrá borrar.
Me voy como vine a tu vida.
Sin hacer ruido me despido, me voy.
Pero me cuesta tanto olvidarte,
me cuesta tanto decirte adiós...
Hoy he vuelto a entender que
jamás volverán
aquellos paseos de vuelta al hotel
en los que tú me empujabas para no perder
ni un solo instante en hacer el amor.
Dejaré de verte crecer
me marcho a vivir
donde habita el olvido
e intentaré buscar
otro camino, otro amor.
Cada vez que intento perder
el miedo a caer,
me tropiezo en mí mismo
y dejo escapar
a quien me ha querido,
y me quedo sin luz.
El suelo de mi vida se viste
se abriga con hijas de un adiós.
mi destino es amar y despedirme,
pedir permiso para vivir.
Te dejaste olvidados en cada rincón
de mi alma, trocitos de tu corazón.
Te dejaste olvidado en mi alma tu olor.
dormía abrazado a una flor.
Dejaré de verte crecer,
me marcho a vivir
donde habita el olvido
e intentaré buscar
otro camino, otro amor.
Y no sé si me perderé
o me encontraré,
me siento tan solo,
pero a mi infierno iré
en busca de todo lo que no te di.
Hoy he vuelto a entender
que jamás volverás
a acariciarme antes de dormir,
y pegada a mi pecho
me pidas que
te abrace y no te deje ir.
Dejaré de verte crecer,
me tengo que ir
y encontrar mi camino.
Y nunca olvidaré
lo que me has querido, amor.
Cada vez que intento perder
el miedo a caer,
me tropiezo en mí mismo
y dejo escapar
a quien me ha querido,
y me quedo sin luz.
Adiós, mí vida, me voy,
te dejo marchar.
Viviré en tus recuerdos,
jamás te olvidaré.
Adiós Dulcinea, me voy.
Y si nos volvemos a ver,
solo abrázame.
Sigo siendo aquel niño
con miedo a madurar.
Duermo pegado a tu foto, mí amor.