A esas mariposas de la noche
que andan alegrando
las esquinas frías de mi barrio.
A esos que sorprende la mañana
viajando por el mundo imaginario
a veces de la radio.
A esos que no paran de dormir
y a los que van perdiendo un capital.
A aquel que se ha dormido en el concierto
y al que limpia mi portal.
Cantar una canción es algo más
que hacer una semblanza del amor.
Cantar una canción es transmitir
lo que nos dicta el corazón.
Cantar una canción es algo más
que hacer una semblanza del amor.
Cantar una canción es transmitir
lo que nos dicta el corazón.
A esos que recogen la basura
y al niño que jamás ha conocido
el rostro de su padre.
Al hombre que ha perdido media vida
y guarda la otra media para cuando
sea insoportable.
A ese que de acera se cambió
y a aquel que está soñando con cambiar.
Al hombre que me lleva las maletas
y al portero del Real.
Cantar una canción es algo más
que hacer una semblanza del amor.
Cantar una canción es transmitir
lo que nos dicta el corazón.
Cantar una canción es algo más
que hacer una semblanza del amor.
Cantar una canción es transmitir
lo que nos dicta el corazón.
A esas mariposas de la noche
que andan alegrando las esquinas
frías de mi barrio.
A esos que sorprende la mañana
viajando por el mundo imaginario
a veces de la radio.
Cantar una canción es algo más
que hacer una semblanza del amor.
Cantar una canción es transmitir
lo que nos dicta el corazón.